Palos porque bogas... palos porque no bogas

Este refrán español habla de castigar a alguien por bogar -remar- y también por dejar de hacerlo y se aplica a aquellas circunstancias en que siempre se recibirán quejas, se haga una cosa o la contraria.
Y podría aplicarse a las policías de nuestro país.
Porque ahora le echan culpas a la policía de Las Heras, en Santa Cruz, por haber cumplido la orden judicial de detener al dirigente petrolero Mario Navarro, lo que motivó una pueblada en la que murió un miembro de esa fuerza policial.
Quienes culpan a los policías sugieren que deberían haber desobedecido esa orden hasta que estuvieran dadas las condiciones – más personal policial, armas y chalecos- para efectuar esa detención sin problemas ulteriores.
Pero, hace pocos días, el jefe y el subjefe de la departamental bonaerense de Dolores fueron sancionados por haberse negado a reprimir un corte de rutas porque anteponían la vida y seguridad del personal de Gándara que cortaba la ruta, al derecho de transitar de otras personas.
Así, mientras en Santa Cruz el derecho a circular parece sacrosanto, en Entre Ríos, por el contrario, parece sagrado el derecho a interrumpir el transito en un puente internacional.
Es cierto que nuestras fuerzas policiales han sido deformadas por medio siglo de dictaduras militares y gobiernos electos que generalizaron la falta de respeto de los uniformados por los derechos humanos, aún los de los delincuentes.
Y es también cierto que la formación profesional de las fuerzas de seguridad deja mucho que desear.
Pero... ¿Qué pueden hacer las fuerzas policiales de un país en el que las leyes se aplican de acuerdo al humor de los funcionarios de turno?